domingo, 23 de marzo de 2008

Hambre de reyes

Ante el clítoris gigante de su abundancia
la gula le impide abstenerse de seguir succionando.
El hastío daguerrotipado en su rostro duro
ha destrozado ya los brazos de Morfeo.

El oro prostituto que acaricia una pescuezo avaricioso
hace imposible abandonar sus votos maniáticos.
Hay olor a mierda en sus cojines de ensueño
pero los neutraliza el aroma de la materia verde.

Sus negros blancos y blancos negros yacen a sus pies
intentando lamer su joven blanda verga.
Está en juego la mayor de las sumas
pero hay roña en su asquerosa mezquindad.

Los cabos tensados no toleran su cerebro de oro lleno.
Los cabrestantes bailan cumbia en la pista de la angustia.
Un clamor desesperado le vocifera en los suburbios
y sólo da flores de plástico a la indigencia.

J.José
(diciembre 2006, cuando empecé a laburar xD)

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