Cuando emergés
en ese sin fin de voluptuosidades
me armo en un
c o m p l o t i n t e r n o …
Pienso y vacilo
al no saber si seguir
o no
pues en el mar de quimeras
que fluye
como el río del
sentimiento
la pasión se une
a un olvido despiadado.
Mártir de obsesiones;
mártir de voluptuosidades putas;
mártir de energúmenos
sentimientos convencionales
me apiado de mí
y me toco el corazón
para calmarlo
de una vez.
Soy el hijo de Babilonia
y clamo por el perdón
de mis fatales víctimas
posesivas y egoístas
mientras me precipito
en contradicciones
que me limitan a decirte
que todavía te tengo
en mi verga y en mi pecho,
a vos,
tan llena de odio
y de crimen
envuelta en un manto
que,
f l o t a n d o
ensalza tu
odiosa hermosura
para azotarme
con tus espinas
y dejarme abandonado
para siempre
devorado por un
sentimiento fatuo
que me hiciste
tragar como
los fluidos
de tu santo vientre.
DUQUE DEL CAOS elfuegodelescarmientoquequelatuacabecarodaenpiedrasdocaenyseespantanconelflujogrisdetuexistencia.aelclamoparaquedestruyatuslatidosyhagaselfavordenoseguir.me



domingo, 31 de enero de 2010
Caos nocturno. Placer del tiempo
En psicológico crepúsculo
de quimeras insaciables
se extiende a lo lejos un manto estelar.
Mis ojos sólo ven oscuridad
en cuyo vacío infinito
fulgores muertos flotan traviesos.
Con tez luminosa y tardía,
entregándote al tiempo y al espacio,
dominás con puro candor
la grandilocuente soberbia del Sol.
Mas vos sólo te escondés en el atardecer
y tímidamente seducís a tus seguidores
para luego surgir en ese espacio
al que noche llaman
los odiosos hombres mañaneros.
Estás con el caos y el placer
porque tus senos se retuercen
entre estrellas mustias.
Tu juventud es eterna
y me eleva en la cumbre
de un éxtasis brioso.
Y si en verdad te apartás
del corazón ensangrentado
de alguien que te adora,
sólo cubrite de nubes negras
para que no veas cómo se vive
una muerte candorosa
de alguien que te extraña siempre
en las putas mañanas radiantes.
marzo de 2006
de quimeras insaciables
se extiende a lo lejos un manto estelar.
Mis ojos sólo ven oscuridad
en cuyo vacío infinito
fulgores muertos flotan traviesos.
Con tez luminosa y tardía,
entregándote al tiempo y al espacio,
dominás con puro candor
la grandilocuente soberbia del Sol.
Mas vos sólo te escondés en el atardecer
y tímidamente seducís a tus seguidores
para luego surgir en ese espacio
al que noche llaman
los odiosos hombres mañaneros.
Estás con el caos y el placer
porque tus senos se retuercen
entre estrellas mustias.
Tu juventud es eterna
y me eleva en la cumbre
de un éxtasis brioso.
Y si en verdad te apartás
del corazón ensangrentado
de alguien que te adora,
sólo cubrite de nubes negras
para que no veas cómo se vive
una muerte candorosa
de alguien que te extraña siempre
en las putas mañanas radiantes.
marzo de 2006
Sofía y la soledad
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